La salud humana y el sueño están estrechamente relacionados. El descanso no solo es necesario para recuperar energías, sino que durante un día ajetreado el cerebro acumula una gran cantidad de información que necesita ser procesada. De lo contrario, se produce un "agotamiento" mental y emocional, lo que afecta negativamente al bienestar. El descanso nocturno es extremadamente importante, por lo que es necesario entender cuánto se debe dormir para sentirse bien.
Funciones beneficiosas
El sueño es una de las necesidades más importantes del ser humano, al mismo nivel que la sed y el hambre. Durante el sueño se ajustan todas las funciones del cuerpo. Algunas razones por las que es tan importante:
- Descanso para el cuerpo: Al final del día, la persona se siente cansada, y gracias al sueño, se detiene la actividad máxima y se entra en una fase de calma.
- El cerebro procesa y organiza la información obtenida durante el día: Esto ocurre durante la fase de sueño profundo, cuando se consolidan los conocimientos adquiridos.
- Adaptación al día y la noche: Sin sueño, el cuerpo tiene dificultades para adaptarse al cambio constante entre la luz y la oscuridad.
- Mejora de la salud: Durante el descanso, los linfocitos T, responsables del fortalecimiento del sistema inmunológico, se activan.
Dado esto, no es recomendable experimentar cuánto tiempo se puede pasar sin dormir. El tiempo adecuado destinado al sueño es una necesidad. Ahora analizaremos cuánto tiempo necesita el cuerpo para recuperarse tras la actividad diaria.
Duración óptima del sueño
En general, para un descanso completo se necesitan al menos 7-8 horas, pero las necesidades del cuerpo varían según la edad. Los adultos duermen mucho menos que los niños, cuyos cuerpos y cerebros están en crecimiento y desarrollo.
Los recién nacidos necesitan dormir más tiempo: de 14 a 17 horas al día. El sueño de los bebés dura un poco menos: 12-16 horas. Los niños menores de 2 años descansan hasta 14 horas al día. A los 3-5 años, el sueño dura alrededor de 10 horas. Si el cuerpo está funcionando activamente, necesita más tiempo para recuperarse.
En los adolescentes menores de 18 años, el tiempo de sueño se normaliza gradualmente hasta llegar al estándar de 8 horas, que es lo necesario para que un adulto se recupere completamente. Sin embargo, con la edad, la necesidad de sueño disminuye a 7 horas.
Consecuencias de la falta de sueño
No solo es importante la duración del descanso, sino también la hora a la que se duerme. ¿A qué hora hay que acostarse? La mayoría de los médicos coinciden en que no más tarde de las 10:00 p.m., para que al día siguiente uno se sienta con energía y fuerza. Si se mantiene una rutina de sueño regular, los sistemas del cuerpo se equilibran, lo que favorece un buen estado emocional y una salud sólida.
El hábito de acostarse demasiado tarde provoca las siguientes consecuencias negativas:
- Las personas se vuelven irritables y propensas al mal genio.
- Aumenta la probabilidad de enfermedades cardiovasculares.
- Crece el riesgo de resfriarse debido al debilitamiento del sistema inmunológico.
- La piel adquiere un tono gris, se vuelve flácida y aparecen arrugas.
Esto es lo que sucede si uno se acuesta tarde. El cuerpo no tendrá tiempo de recuperarse lo suficiente y no podrá cumplir con sus funciones vitales.
¿Qué sucede cuando una persona no duerme?
La falta de descanso provoca trastornos físicos, mentales y cognitivos. Después de solo 24 horas sin dormir, empiezan a aparecer consecuencias negativas. Los niveles hormonales y de azúcar en la sangre aumentan, lo que genera estrés. Después de dos días sin dormir, el cuerpo comienza a actuar de manera más drástica. El cerebro introduce pequeños períodos de inconsciencia llamados microsueños. Después de 48 horas, la capacidad del sistema inmunológico se ve afectada.
Cualquier persona que no haya dormido durante 72 horas sentirá un deseo abrumador de dormir. La capacidad de pensar se reduce al nivel de los reflejos. El ritmo de descanso interrumpido provoca depresión y paranoia. Los científicos han investigado cuánto tiempo una persona puede permanecer sin dormir. Se estima que se puede vivir sin sueño por no más de 10 días, mientras que sin comida, hasta 14 días.
Es importante dedicar suficiente tiempo al descanso, manteniendo un ritmo de vida equilibrado. Solo de esta manera, el cuerpo y la mente se recuperarán adecuadamente, lo que tendrá un efecto positivo en la salud y el bienestar emocional.